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Los colores de Sevilla en primavera

“Lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo, lo peor es que puede que tengan razón”

Antonio Gala Velasco

Escritor español

 

El sur de España alberga ciudades de profundo encanto flamenco que relucen como un valioso collar de perlas. Entre ellas, se levanta como una de auténtica joya de la región una ciudad que a veces no puede explicarse, una ciudad que no podría inventarse ni nutrirse de ficción, una ciudad de profunda tradición, plazas mágicas, emoción y romance, naranjas en el camino, Semana Santa de pasión y excelsa Feria primaveral.

Sevilla destaca por los numerosos sitios pintorescos y tesoros arquitectónicos que descubren al visitante el pasado y la rica cultura de la región. El casco histórico sevillano es uno de los mejor conservados y más extensos del continente europeo. Destino que bien vale una escapada de la vorágine diaria, ya sea en familia, entre amigos o con un amor, para vivir experiencias inolvidables.

La capital andaluza no solo tiene un color especial, sino toda una paleta de arcoíris de matices que se abre como digno  al llegar la primavera, esa misma primavera con la que guarda un romance perpetuo.

¿Qué es lo que tiene Sevilla?

Sevilla tiene una luz que acompaña a todo quien la visita a través de sus plazas, calles, edificios, celebraciones, platos típicos, moda flamenca, música que toca el alma, su gente y mucho más.

Cada rincón de sus estrechas calles típicas invita a perderse y descubrir alguna sorpresa, belleza, magia, arte, cultura e historia por doquier.

Algunos de los lugares imprescindibles de Sevilla son la Catedral y Giralda de Sevilla, la Plaza de España, el Parque de María Luisa, la Torre del Oro, la Cartuja, La Maestranza, la Basílica de la Macarena, la zona de Triana, el Barrio de Santa Cruz, el Arenal, y muchos otros.

Especial brillo adquiere la ciudad, al llegar la primavera, cuando llega la fiesta grande de Sevilla. La celebración de la Semana Santa sevillana, única en su estilo, alcanza gran intensidad y majestuosidad estética y espiritual. Un auténtico arte, el vivir la emoción de escuchar una saeta o el silencio de la multitud que acompaña una cofradía en la salida o la recogida, al paso de imaginerías impresionantes y ferviente pasión.

Por si esto fuera poco, unos días después, la alegría se traduce en otra celebración: la Feria de Abril o Feria de Sevilla. Festival de colores, formas, complementos, espíritu sevillano, música, comida y plena armonía compartida en una pequeña y engalanada ciudad efímera llena de farolillos y casetas coloridas convertidas en el hogar de sevillanos e invitados durante los días de festejo.

¿Cómo surgió la Feria de Sevilla?

En 1846, José María Ibarra y Narciso Bonaplata, concejales de origen vasco y catalán respectivamente, tuvieron la idea de organizar una feria comercial de ganado en el mes de abril en Sevilla. Un año después, el 18 de abril de 1847, y con la aprobación de la reina Isabel II, se inauguró la primera Feria en el Prado de San Sebastián.

Con el tiempo, la Feria adoptó un carácter más social ganando popularidad. En 1973, el recinto ferial fue trasladado a su ubicación actual, debido a la gran afluencia de visitantes que ya no hallaban espacio en el pequeño Prado de San Sebastián.

¿Qué hacer en la Feria de Sevilla?

Es una gran fiesta para celebrar la vida a golpe de baile, risas, comida y bebida junto a amigos y familiares.

Si tienes amigos o conocidos que puedan invitarte a alguna caseta privada, aprovecha esta oportunidad, pero si no, no te preocupes, porque también hay casetas públicas con mucho ambiente.

Después de disfrutar la comida en el Real de la Feria, toca tarde de toros en la Feria en la Maestranza y paseo por la Calle del Infierno. En esta última, se levanta un gran parque temático con más de quinientas actividades y atracciones para disfrutar a tope: el látigo, los coches locos, el barco vikingo o la noria son algunas de las más populares.

Otro de los eventos es el Paseo de Caballos y Enganches. Un gran espectáculo de bellos ejemplares equinos, carruajes y jinetes que disfrutan la feria de otro modo.

¿Qué comer y beber en la Feria de Sevilla?

Cuando de platos tradicionales andaluces para estos días de fiesta se trata, la tortilla de patatas, el pescaíto frito, el gazpacho andaluz, la caldereta de venado, el rabo de toro, el potaje de vigilia, los montaditos clásicos y los buñuelos y churros de postre son algunas de las exquisiteces de la cocina feriante que no debes dejar de probar durante la celebración.

Durante estos días donde el calorcito y el buen tiempo comienzan a ganar terreno, puedes encontrar muchas marcas sureñas de cerveza. No obstante, es posible que muchos sevillanos y visitantes dejen de lado su caña para disfrutar de la tradicional jarra de rebujito, la famosa mezcla de manzanilla o fino y gaseosa de limón que se ha convertido en toda una tradición. Es recomendable beberla en alternancia con vasos de agua, pues su sabor dulce y refrescante puede jugar malas pasadas.

¿Qué me pongo para ir a la Feria de Sevilla?

Otro de los muchos atractivos de la Feria sevillana es la moda flamenca que une la tradición con la modernidad. Muchos diseñadores echan a volar su imaginación y convierten el albero en un auténtico desfile flamenco.

Las mujeres lucen atuendos flamencos majestuosos, y si no se visten de flamenca, optan por un conjunto especial y elegante. De hecho, muchas marcas populares prêt-à-porter organizan ideas low cost para aquellas que aún no saben qué ponerse en la noche del pescaíto o cualquier otro día de la Feria.

El Traje de Flamenca o Traje de Gitana, es uno de los trajes regionales más reconocidos dentro y fuera de España. Es uno de los símbolos de la cultura andaluza y española.

Las campesinas y gitanas sevillanas vestían coloridas batas con volantes y bordados para trabajar, y este estilo llamó la atención de las señoras de clase alta de la época.

Con los años, el vestido clásico se ha transformado de acuerdo a las tendencias de cada época, siendo el traje de gitana la única vestimenta regional que evoluciona, sin dejar de lado el principio básico de su diseño y complementos, entre los que destacan el mantoncillo y la flor.

Para los hombres, la tradición marca ir con chaqueta y corbata, sobre todo por la noche. Durante, pueden optar por conjuntos más frescos, pero no muy informales, entiéndase etiqueta media.

Los caballistas y jinetes también se engalanan a la antigua usanza con el Traje de Corto, el cual se compone de pantalón, camisa, chalequillo, chaqueta y pañuelo ajustado a la cintura, mientras que el de las mujeres va con falda. Uno de los complementos imprescindibles en el ajuar de los trajes de corto de faena o de paseo es el sombrero de ala ancha, que se lleva algo inclinado hacia la derecha para que quede perfecto.

El Traje de Corto para la mujer, también denominado Traje de Amazona, era utilizado por las mujeres jinetes, aunque ya en la actualidad pueden llevarlo tanto si montan como si no. Es una alternativa muy práctica para los días que no apetece ir de gitana, pero que igual gusta hacer un guiño a la tradición.

¿Cuánto dura la Feria de Sevilla?

El fin de fiesta de la Feria de Abril, llega al término de una semana, a la luz de majestuosos fuegos artificiales que pueden apreciarse desde muchas zonas de la ciudad. Sin embargo, los puentes de Los Remedios, Triana o el Muelle de las Delicias son los mejores lugares para disfrutar de este broche de oro.

Si asistes a la Feria de Sevilla por primera vez, te recomendamos que te hagas de un plano para desplazarte por el Real. Podrás conseguirlo en algunos de los puntos de información, en el Ayuntamiento o una de las aplicaciones móviles que se han creado para esto.

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