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LANZAROTE: Tierra de Fuego

Lanzarote y el resto de las Islas Canarias fueron puerto seguro de acceso por mar entre Europa y América. Ubicadas a 1.000 km de distancia de la península y a 100km de la costa africana. Formado por 7 islas principales, Lanzarote, la «isla diferente» es la más oriental y la más al norte de las Islas Canarias. La altura máxima de la isla está por debajo de 700 metros sobre el nivel del mar y es una isla de origen y fisonomía volcánica. Declarada en 1.993 como reserva de la biosfera por la UNESCO, como un lugar natural, ofrece características sin competencia.

Los habitantes de Lanzarote se han adaptado al medio y han desarrollado una cultura agrícola muy específica, adaptada a su terreno. Han desarrollado técnicas como el cultivo en suelo volcánico, la pesca, la cría de cochinillas y la industria de la sal son sus principales actividades además de la turística. La temperatura en la isla es ideal, la media anual es de 20ºC y en agosto ronda alrededor de los 25ºC. Estas temperaturas se deben tanto a la situación geográfica como a la influencia del mar.

Los antiguos colonos canarios son conocidos como «guanches», y conservan numerosos vestigios de su forma de vida. En 1.312, el navegador Genovés Lanceloto Malocello llegó a la isla, dándole su nombre. Más tarde, en 1.402 comenzó la conquista de las Islas Canarias, comenzando precisamente por Lanzarote, perteneciendo desde ese momento al Reino de España. La anexión fue pacifica, aunque la conquista del resto de las islas duraría cien años.

A los Lanzaroteños se les conoce coloquialmente como “conejeros”, porque comerciaban con las pieles de estos animales.

Los encantos para los visitantes en esta fantástica isla son diversos, puedes disfrutar de la paz, la tranquilidad y de las playas diversas que ofrece la isla, para todos los gustos. Para los amantes del surf, el Norte es el lugar ideal, la playa es «Famara». Para los amantes del windsurf, las playas de Levante, como la de «Las Cucharas». Y al sur, el lugar más turístico de playa “Blanca” o la playa del «Papagayo», donde podrás relajarte y disfrutar del sol.

Aunque es lugar muy tranquilo, no hay tiempo para aburrirse en la isla, centros de arte, cultura y turismo ofrecen al visitante una amplia gama de posibilidades. Gran parte de la isla debe la belleza de su arte al ingenio de Cesar Manrique, un artista que sabía cómo hacer que el arte coexistiera con la naturaleza. Hay siete centros obligatorios para conocer la Lanzarote de Cesar Manrique: «El Mirador del Río», «La Cueva de Los Verdes», «Los Jameos del Agua», «El Jardín de cactus», «El Castillo de San José», «El Monumento al Campesino» Y «Las Montañas de Fuego».

El Mirador del Río se encuentra al norte de la isla, desde el mirador se puede ver perfectamente el archipiélago Chinito, un grupo de pequeñas islas encabezadas por la isla de la «Graciosa». Para construir el mirador, la excavación se realizó en la roca. En el interior, encontramos un café desde donde se observa por grandes ventanales todas las panorámicas de la isla de la Graciosa. El mirador se encuentra aproximadamente a 500 metros de altitud sobre el mar. Es posible acceder al exterior para admirar las vistas. El mirador data de 1.973.

La Cueva de los Verdes, es una sección de 7 kilómetros del túnel de la Atlántida, un canal abierto al subsuelo por un flujo de lava de las erupciones del volcán de «La Corona», hace más de cuatro mil años. En el siglo XVIII, las cuevas sirvieron como refugio para los habitantes de la isla frente a los ataques de piratas y comerciantes de esclavos. Los magníficos efectos de la luz y el color en la roca hacen de este lugar un lugar curioso para visitar.

Los Jameos del Agua. «Jameo» es la palabra que designa la parte de un tubo volcánico que carece de una parte del techo, debido a la acumulación de gases y a la formación de una burbuja que explota. Dos de estas burbujas, se crearon en el túnel de la Atlántida, el mismo túnel de la Cueva de Los Verdes, pero en otra sección del túnel. Esto es lo que hoy en día y gracias a la creación de Cesar Manrique, se conoce como los Jameos del agua. La primera fase data de 1.966 y la finalización es en 1.976 con la construcción de un auditorio.

Fuera hay un lago natural de aguas cristalinas, donde una especie única de la isla, los «Jameitos», unos cangrejos minúsculos, albinos y ciegos, de origen desconocido habitan allí.

En el interior existe un restaurante, bar y pista de baile. Un club nocturno de lo más hermoso. Cesar Manrique creó una piscina de agua Esmeralda que le da un toque especial con la iluminación. Es aconsejable visitar por la noche.

El jardín de Cactus fue el último trabajo en Lanzarote de Cesar Manrique en 1.991. Un jardín en esta peculiar isla solo podía ser dedicado a los cactus. Este es un magnífico ejemplo de cómo recuperar un espacio que había sido una cantera de cenizas volcánicas, este jardín alberga más de mil cuatrocientas especies diferentes de cactus de todo el mundo. También cuenta con un restaurante con una fantástica terraza frente al jardín.

El Castillo de San José fue construido entre 1.776 y 1.779, para advertir sobre la proximidad de los piratas. Después de un siglo abandonado, César Manrique es el responsable de convertirlo en el Museo de Arte Contemporáneo de la Isla. Tiene dos accesos, uno en la parte superior que da directamente a las salas de exhibición, y un segundo, en la parte inferior que da acceso a un restaurante.

El monumento al Campesino, la casa del museo y el monumento, fueron construidos para inmortalizar los esfuerzos de la comunidad campesina de la isla. La casa museo era una antigua masía restaurada y ampliada por el artista conejero. Se pueden encontrar utensilios del campo que utilizaron los campesinos de Lanzarote. En el restaurante del monumento se ofrece una muestra de la cocina típica “conejera”.

Las Montañas de Fuego, también conocidas como “Parque Nacional de Timanfaya”, es uno de los centros más singulares de Canarias. Entre 1.730 y 1.736, salieron a la superficie más de un centenar de cráteres, dando el aspecto actual a la zona, un aspecto lunar y fantástico, tintado de colores ocres y grises de las cenizas. Las anomalías térmicas del parque hacen que cuando introducen un poco de agua en un agujero de menos de 2 metros, se transforme en Geiser de vapor hirviendo, todo ello en décimas de segundo.

Se pueden realizar excursiones en dromedario por las inmediaciones del parque, en la ladera sur del Timanfaya.

En el restaurante del mirador del Diablo, dentro del parque de Timanfaya, la cocina se hace directamente con el calor que desprende el magma a menos de tres kilómetros dentro de la tierra que está en torno a los 200ºC. No puede dejar de visitarse, resulta espectacular.

El hechizo de Lanzarote, nos plantea los misterios de la tierra y sus maravillas naturales descubiertas y todavía por descubrir. En esta isla no falta de nada y por ello son unas vacaciones perfectas, playa, deporte, cultura y un largo etcétera que te fascinará. Visita Lanzarote y no te arrepentirás.

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