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5 destinos inusuales para escaparte por Europa

Una de las mejores formas de alimentar el espíritu y desconectar de la rutina es viajar, donde se une lo útil con lo agradable. Con la llegada de la primavera, también llegan esos días libres perfectos para una escapadita que nos oxigene de pies a cabeza. El momento perfecto para hacer una pausa en el camino y aprovecharse de un clima estupendo, días con más horas de luz y precios más atractivos que en verano.

Si no te apetece alejarte mucho de España, ni visitar los populares de siempre Paris, Ámsterdam, Viena o Roma, no tienes de que preocuparte porque Europa alberga lugares de inagotable esplendor.

Aquí te proponemos algunos destinos donde se cumple el dicho «Lo bueno viene en frasco pequeños», pues, aunque se trate de ciudades pequeñas, prometen unas bien merecidas vacaciones.

Brujas, Bélgica

Apodada como la Venecia del Norte, Brujas es una ciudad capaz de transportarte en el tiempo. No en vano la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. Su casco urbano medieval es uno de los mejor conservados, donde, por ejemplo, la grandeza de la icónica Torre Campanario Belfort de la Plaza Mayor no escapa a la vista del visitante, una vez hayas subido las 366 escaleras, podrás disfrutar desde lo alto de una magnífica vista de la también llamada Plaza del Mercado.

Una de las grandes ventajas de visitar Brujas es que, al ser una pequeña ciudad, puedes recorrerla fácilmente andando, o mejor aún, en un paseo en barco a través de los canales que atraviesan la ciudad. Aunque sea pequeña, tiene muchísimo que ofrecer. La ciudad cuenta con cerca de 55 chocolaterías y un Museo del Chocolate, preciosas boutiques de encaje, edificaciones de gran valor histórico y arquitectónico, un Museo de Patatas fritas y típicas cervecerías donde puedes degustar una de las famosas cervezas belgas. Esta región no solo presume de su chocolate, patatas fritas y cerveza, sino también de ricos gofres para los amantes de lo dulce y de frescos mejillones para los amantes de la comida del mar.

Otros imprescindibles de Brujas son la Plaza Jan Van Eyck, donde está la estatua del famoso pintor flamenco Jan Van Eyck; la Plaza Burg, donde encontrarás la Basílica de Santa Sangre y el Palacio de Justicia; el Muelle del Rosario, uno de los lugares más bonitos y fotografiados de la ciudad; la Iglesia de Nuestra Señora que alberga una de las grandes obras de Miguel Ángel, “La Virgen con el Niño”; el Beaterio, un poco más alejado de la zona turística, rodeado de un exuberante jardín y donde todavía hoy se alojan monjas benedictinas; el Parque Minnewater o Lago del Amor, un lugar muy romántico, ideal para pasear y avistar cisnes en algunas ocasiones.

Oporto, Portugal 

Oporto es la segunda ciudad de Portugal después de Lisboa y se encuentra al norte del país, en la desembocadura del río Duero. Es un destino muy cómodo y accesible si vas desde España. Una vez en tierra de vinos y bacalao, lo ideal es dejarse llevar a través del sonido del fado y el olor a «francesinha» y recorrer la ciudad a pie por sus calles empedradas con fachadas de azulejos. 

La Ribeira de Oporto es uno de los paseos imprescindibles, donde puedes disfrutar de las conocidas bodegas portuenses. También puedes visitar el Palacio de la Bolsa de Oporto, monumental edificación que vale la pena recorrer en una visita guiada; la Torre de los Clérigos, uno de los miradores más concurridos y obra del arquitecto italiano Nicolau Nasoni; la Catedral de Oporto, donde miles de azulejos añiles cuentan las Metamorfosis de Ovidio en uno de los claustros más hermosos del país.

Durante tu paseo seguro encontrarás muchísimos otros lugares interesantes como bellas Iglesias, vistosas estaciones de trenes, mercados, y hasta podrás apreciar algunos tramos bien conservados de la antigua muralla de Oporto, repartidos por su casco histórico, a los que puedes subir para disfrutar de buenas vistas de la ciudad.

No puedes irte de Porto, como le llaman los portugueses, sin probar las famosas «francesinha» o unas ricas tripas à moda do Porto, un pulpo con salsa verde, unas brillantes sardinas asadas, unos buñuelos de bacalao o unos «cachorrinhos» o perros calientes a la portuguesa.

Sofía, Bulgaria

Sofia es la ciudad capital de Bulgaria, quizás la menos popular de Europa, pero que rebosa de una variedad cultural sorprendente entre espectaculares edificios monumentales y soberbias iglesias de gran valor histórico y arquitectónico.  

Es otra de las ciudades que puedes recorrerte en poquísimos días. Algunos de sus imperdibles son la Catedral de Alexander Nevsky, la iglesia ortodoxa más importante de Bulgaria y el monumento es el más visitado de Sofía; además es la sede del Patriarca de la iglesia ortodoxa. También tienes la Catedral de Sveta Nedelya (Santo Domingo), que es una reconstrucción de la original, la cual sufrió un atentado que marcó uno de los momentos más tristes de la historia del país; la Iglesia de Sveti Georgi (de San Jorge), quizás el edificio más antiguo de la ciudad y también conocido como «La rotonda» por su estructura redondeada; la Mezquita de Banya Bashi, un templo musulmán rodeado por una zona de restos arqueológicos de la Antigua Serdica; y la moderna estatua de la Santa Sofia, patrona de la capital búlgara.

No puedes dejar de recorrer las tiendas, restaurantes y cafeterías de la principal calle comercial de la ciudad, el Bulevar Vitosha. Asimismo, puedes acercarte al Teatro nacional de Bulgaria, el Mercado Central de Sofía y, si te animas a irte a las afueras de la ciudad, puedes visitar otra de las bellas iglesias ortodoxas de la ciudad, la Iglesia de Boyana, un templo medieval declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1979. Si te gusta el senderismo, desde este punto puedes realizar una ruta en la montaña de Vitosha hasta la Cascada de Boyana, un salto de agua de 25 metros, especialmente impresionante en primavera. 

Otro de los atractivos sofiotas es su gastronomía. No te vayas sin probar la famosa y original Moussaka que es una lasaña de berenjena con carne picada y verduras. También puedes animarte con una refrescante sopa Tarator, sopa fría hecha a base de yogur, pepino y ajo o una ensalada Sofía con tomates, pepino, cebolla, pimiento y queso fresco, aliñada con aceite y vinagre.

Ginebra, Suiza

La pequeña y multilingüe Confederación Helvética nos regala impresionantes lagos, pueblecitos de postal, montañas que parecen tocar el cielo, museos de talla mundial y una comida que no parece de esta tierra. 

Cada cantón ofrece una cultura tradicional propia y especial que suman gran valor cultural, histórico y patrimonial. No es difícil organizar un plan de viaje a través de diferentes ciudades suizas, pero si no dispones de mucho tiempo puedes optar por Ginebra, famosa por su delicioso chocolate, sus relojes, las vistas a la gran cordillera de los Alpes y por albergar la sede de la ONU.

Una vez en esta ciudad franco-suiza, puedes visitar la Catedral de San Pedro, uno de los lugares más representativos donde encontrarás, entre otras cosas, la silla de Juan Calvino, uno de los padres de la iglesia reformada, y la mayor colección de capiteles románicos y góticos del país. Puedes, además, bajar al sótano para apreciar el yacimiento arqueológico que ahí se encuentra o irte a lo alto de las torres hasta el mirador y disfrutar de unas asombrosas vistas panorámicas de la ciudad, el lago y los Alpes.

Resulta muy atractivo conocer la ciudad al pasear por uno de los lagos más bonitos de Europa, el Lago Lemán. Desde el lago puedes acercarte a la fuente Jet d’Eau, uno de los monumentos más famosos de Ginebra y en un muelle a pocos metros de esta fuente, puedes visitar Bains des Pâquis. Este último se descubre como un lugar ideal para relajarse, tomar el sol, disfrutar de una preciosa vista de la ciudad y del lago, darse un chapuzón en la piscina, tomar una cerveza o comer una deliciosa fondue.

En el Palacio de las Naciones o Palais des Nations se encuentra la segunda sede de la ONU. Para poder visitarlo por dentro y conocer salas como la de los Derechos Humanos, cuya cúpula está decorada por el artista español Miguel Barceló, te recomendamos reservar una visita guiada. Y si tienes un tiempo extra, puedes acercarte al monumento Broken Chair y al Museo Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

En el centro histórico puedes llegarte a la Maison Tavel, la casa privada más antigua de la ciudad; el Parc des Bastions, que está a pocos metros de la gran Place de Neuve, y en esta última encontrarás el Conservatorio de Música, el Museo Rath y el Gran Teatro. La Vieille Ville ginebresa invita a perderse entre calles estrechas y empedradas, descubrir plazas con encanto como la Place du Bourg-de-Four y la Place du Molard, sentarse en terrazas de restaurantes y cafés históricos, entrar en tiendas de antigüedades y galerías de arte o simplemente, beber de sus fuentes.

No olvides hacerte de tus chocolates suizos, ni dudes en probar aquellos artesanales típicos de la región. Lo mismo aplica para el queso y las salchichas… manjar de dioses.

Kastelorizo, Grecia

Si lo que estás buscando es un destino de mar, este es el tuyo. La isla de Megisti, o Kastelorizo, es la isla más remota de Grecia a poco más de 2 km de las costas turcas. La isla debe su nombre al castillo, hoy en ruinas, construido sobre una enorme roca roja. Es muy pequeña y pintoresca, de apenas 400 habitantes y no más de 9 km2 de extensión que, de momento, ha logrado evitar la masificación turística de otros destinos griegos. 

Algunos de los imperdibles de esta pequeña isla son el Paleokastro, el monumento más importante y antiguo de la isla; el Castillo de los Caballeros de San Juan, que es la fortaleza de los Caballeros de la Orden de San Juan, un edificio del siglo XIV, del que hoy se conservan solo fragmentos; la Tumba Licia, tallada a los pies del Castillo y a la entrada del puerto; la Catedral de San Constantino y Santa Elena, impresionante edificación situada en el lugar más céntrico de la isla, por encima de la playa Mandraki, está construida al estilo de basílica de tres naves con cúpula, con rica decoración pictórica y retablos de mármol. 

El Museo Diacrónio de Megisti-Kastelorizo es otro de los lugares que no debes dejar fuera de tu lista. Se encuentra junto a las ruinas del castillo y alberga hallazgos arqueológicos de incalculable valor. Y también puedes visitar el abandonado monasterio San Jorge del Monte (Ai Giorgis tou Vounou), el cual se alza sobre 401 escalones que bien vale la pena subir para disfrutar de las vistas.

La Gruta Azul es probablemente la mayor razón por la que los visitantes llegan a Kastelorizo. Esta cueva de 75m de longitud es una de las más grandes de Grecia y más hermosas de todo el Mediterráneo, con un agua tan transparente que te dejará sin aliento y donde podrás disfrutar de un baño único. Las playas de Faros y Mandraki son pequeñas y de arena, y a las de Galazio Spileo y Fokiali solo podrás llegar en barco. También puedes organizar excursiones a las islas vecinas, griegas o turcas. La isla de Ro, ya deshabitada, tiene preciosas playas, al igual que el islote de Strongili, con su impresionante faro.

Quienes gustan del pescado y los mariscos encontrarán en Kastelorizo un paraíso gastronómico. Aunque también te recomendamos probar la empanada y las croquetas de garbanzos, las «giouvarlakia» (albóndigas) y el cabrito relleno con migas de pan. Para la hora dulce, puedes deleitarte con el halva almibarado, el higo almibarado, el baklava «en diagonal» y «katoumaria», empanada fina rociada de azúcar y clavo. Se nos hace la boca agua.

¿Qué esperas para planear tu escapada primaveral? Regálate la oportunidad de desconectarte de la vorágine diaria y renovarte con aires frescos. 

No te olvides de tu seguro de viaje para que puedas disfrutar de tu experiencia con total tranquilidad. Puedes revisar las opciones que te ofrecemos en BSegur, donde encontrarás el seguro de viaje que se ajusta mejor a tus necesidades. Contáctanos en caso de dudas sin compromiso alguno. Será un gusto formar parte de tus vacaciones.

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